jueves, 16 de octubre de 2008

¿Literatura Hispanoamericana?

La literatura hispanoamericana tuvo sus comienzos en el periodo precolombino, es decir, antes de los viajes y descubrimientos de Cristóbal Colón. Esta literatura fue creada por los nativos americanos, se compuso de textos y composiciones transmitidas tanto de forma oral como escrita por ellos y sus descendientes; aunque oralmente fue como principalmente se transmitió.

Los cronistas, en su mayoría frailes, aprendieron lenguas aborígenas para representar la literatura precolombina. De modo que, gracias a ello, podemos hablar de producciones literarias creadas por los pueblos originarios de Hispanoamérica y sus descendientes.

Lamentablemente, los conquistadores pensaron que era muy conveniente destruir obras indígenas para implantar su cultura y evangelización de un modo más fácil. Ellos consideraban que estas obras representaban una amenaza, por su contenido, para su objetivo en la Indias (América). Este acto tuvo un mal resultado, pues se perdieron muchas obras y escritos que podrían haber sido clave de la historia de las Indias.

Además, otro hecho realmente triste es que, aunque muchos frailes que tradujeron obras indígenas al idioma español tuvieron una excelente relación con los indios (que fue por lo que se ganaron el respeto y confianza de ellos hasta el punto de que le revelaron sus escritos), estos sacerdotes no respetaron por completo el contenido de las obras de los aborígenas. Ellos implantaron aspectos de la religión católica y omitieron partes del contenido original de los escritos en sus traducciones. Lo mismo hicieron muchos otros cronistas e historiadores de las Indias que no eran sacerdotes, pero omitiendo e introduciendo elementos considerados, por éstos, favorables y convenientes para ellos. Este suceso marca una gran diferencia en la literatura precolombina, pues a causa de ésto perdieron parte de su verdadera esencia.

A pesar de ello, el proceso de la colonización española en las Indias no fue todo destrucción y pérdidas. Una de sus consecuencias positivas fue que, gracias a las traducciones que hicieron como parte del proceso de colonización y evangelización, podemos conocer mejor parte de nuestra cultura, historia, lo que somos, nuestra verdadera identidad.